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En sus inicios, AMD fabricaba circuitos integrados y memorias RAM, pero luego se centró en la producción de procesadores compatibles con Intel. A lo largo de los años, AMD ha desarrollado varias generaciones de procesadores, incluidos los populares Ryzen. Estos procesadores han sido aclamados por su rendimiento y eficiencia, y han establecido a AMD como un competidor sólido en el mercado de procesadores

Los primeros procesadores basados en Zen fueron los Ryzen 7 1700, 1700X, y 1800X, lanzados todos ellos a principios de marzo de 2017 para la plataforma AM4. Todos ellos demostraron un gran rendimiento desde el principio, siendo excepcionalmente buenos en cargas de trabajo que hacen uso de una gran cantidad de núcleos. 

La mejora de la arquitectura Zen ha sido tan grande que estos procesadores son capaces de cuadriplicar el rendimiento del AMD FX-8370, el anterior procesador tope de gama de AMD. Estos procesadores llamaron rápidamente la atención de los profesionales de la imagen, pues permitían renderizar vídeos de muy alta resolución a una gran velocidad. Pese a esta gran mejora, estos procesadores se mostraron aún inferiores a Intel en un sector del mercado que nueve mucho dinero, los videojuegos


La gran revolución de Ryzen llegó con su tercera generación. Basada en la arquitectura Zen 2, supuso su primer gran salto, frente a las pequeñas mejoras que hubo con Zen+.

Gracias a mejoras internas y al uso de un proceso de fabricación a 7nm, que supuso un gran salto sobre los 14nm y 12nm anteriores, Ryzen obtuvo un aumento del IPC que consiguió alcanzar a Intel. Aún así, el rendimiento mononúcleo siguió un poco por detrás debido a que no los alcanzaron en frecuencias.

En todo caso, Ryzen 3000 estuvo marcada por ser un producto muy bueno desde el momento de su lanzamiento. No tuvimos que esperar meses a que arreglasen ningún problema, sino que desde el minuto 1 fueron procesadores con un rendimiento excelente, precios competitivos y sobre una plataforma muy bien asentada.






En abril de 2018 se lanzaron los procesadores AMD Ryzen de segunda generación, fabricados a 12 nm FinFET y con una arquitectura Zen+ que incluye algunas mejoras enfocadas a aumentar la frecuencia de funcionamiento y a reducir la latencia de sus elementos internos. AMD asegura haber logrado reducir la latencia de la caché L1 en un 13%, la latencia de la caché L2 en un 24% y la latencia de la caché L3 en un 16%, esto hace que el IPC de estos procesadores haya aumentado en un 3% aproximadamente frente a la primera generación. 

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